La nueva Ley de Jornada Laboral no es solo una reforma administrativa: es un cambio estructural que transformará la manera en que las empresas gestionan el tiempo de trabajo, planifican horarios y se relacionan con sus equipos.
Impulsada por los compromisos del Gobierno con la Unión Europea en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y recién aprobada por el Consejo de Ministros, esta normativa pone el foco en uno de los aspectos más delicados de las relaciones laborales.
Su objetivo es claro: mejorar la conciliación, reducir la precariedad y adaptar la legislación a la realidad actual del trabajo.
Pero para las empresas, este nuevo marco plantea un gran challenge (y no precisamente de los virales de Tik Tok): ¿cómo adaptarse a tiempo sin comprometer su operativa y cumplimiento legal?
Encontrar respuestas a esta pregunta es esencial, ya que, aunque aún no se ha publicado oficialmente en el BOE, el objetivo del Gobierno es aprobarla como proyecto de ley en los próximos días, terminando el 31 de diciembre de este mismo año el periodo de adaptación a la misma.
La entrada en vigor de la nueva normativa traerá consigo modificaciones clave que afectan a todas las empresas, independientemente del sector o del tamaño. Su implementación no es opcional, y adaptarse correctamente será imprescindible para evitar sanciones y mejorar la organización del trabajo.
El eje central de la reforma es la reducción de la jornada laboral ordinaria de las actuales 40 horas semanales a 37,5 horas, sin reducción salarial.
Esta transición comenzó en 2024, con la rebaja a 38,5 horas semanales, y culmina en enero de 2025 con la implantación definitiva del nuevo límite, debiendo trabajar 37,5 horas como máximo.
En definitiva, adaptarse a la medida estrella de esta reforma laboral exige una planificación brillante.
Que el registro de la jornada laboral es obligatorio no es ninguna novedad… ¿verdad?
Para los más despistados, aquí va un repaso rápido: desde 2019, con la entrada en vigor del Real Decreto-ley 8/2019, todas las empresas están obligadas a llevar un registro diario de la jornada laboral. Es decir, el peor enemigo de quienes aún usan plantillas de Excel o fichas de papel para fichar.
Con la aprobación de la nueva Ley de Jornada laboral reforzará este Decreto y se requiere registrar la hora real de entrada y salida, mediante un sistema que sea "objetivo, fiable y accesible". Para lograr esta tríada se exige un sistema digital e interoperable, de modo que tanto los trabajadores como la Inspección de Trabajo puedan consultar los datos de los últimos 4 años en tiempo real. Y deberá identificarse “inequívocamente” la autenticidad de los mismos mediante un formato “tratable, legible y compatible".
Además, habrá más inspecciones y un endurecimiento de las sanciones por incumplimiento. Las multas pueden ser de hasta 10.000 euros por trabajador afectado si se incumple el registro horario o se supera el límite de horas laborales establecido.
Entre los jóvenes está de moda el término “crónicamente en línea”; entre los trabajadores, no tanto. De esto trata uno de los puntos más novedosos (y desconocidos) de la nueva Ley de Jornada Laboral: el derecho a la desconexión digital. Este derecho no solo implica darle power off al móvil fuera del horario laboral, también a las dinámicas de poder laborales que ignoran los límites personales.
Este derecho, que ya había sido reconocido en la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPDGDD), ahora se amplía y se exigirá su implementación real y efectiva mediante protocolos internos en las empresas.
Este nuevo derecho implica no contactar a los empleados fuera de su horario laboral, salvo causa justificada. Para hacerlo efectivo, será obligatorio:
El incumplimiento de este derecho no solo puede acarrear sanciones económicas, sino que afecta directamente a la salud mental, al equilibrio entre vida personal y profesional y al clima laboral. Es, en definitiva, un factor clave en la retención de talento y la reputación como empleador.
Respetar el derecho a la desconexión digital no es solo cumplir con la ley. Es cumplir con el deber de cuidar a tu equipo.
Aunque todas las empresas deben adaptarse, hay sectores donde estos cambios tendrán un impacto mayor por sus jornadas extendidas y necesidad de cobertura continua.
Según el informe de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), basado en datos del Ministerio de Trabajo, estos son los sectores con mayor proporción de trabajadores asalariados por encima del nuevo límite legal:
La adaptación de estos sectores requerirá una reorganización significativa de los turnos y, en muchos casos, la contratación de personal adicional para cubrir las demandas durante las horas pico.
Hay dos formas de afrontar esta reforma: puedes verla como una obligación más y limitarte a cumplir lo justo y necesario… o como una oportunidad para cuidar de tu equipo y transformar esta ley en una palanca para la mejora tu modelo de gestión.
Para quienes estáis en el segundo bando, Skello es el aliado perfecto.
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Cumple con el Real Decreto-ley 8/2019 con un sistema mucho más que "digital e interoperable". Registra entradas y salidas, y gestiona pausas y ausencias, todo con firma digital, y genera informes preparados para cualquier inspección.
¿Y si un empleado se olvida de fichar? Tranquil@, las notificaciones automáticas se encargan.
Olvídate de papeles perdidos y mensajes que nunca llegan. Comunícate con tus empleados cuándo y por dónde toca, cumpliendo con la norma.
Con Skello, puedes compartir los horarios de trabajo actualizados desde el portal o la app, notificando cualquier cambio en tiempo real.
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Cumplir la ley es obligatorio. Convertirla en una ventaja competitiva, opcional. Y con Skello en tu equipo, es más fácil que nunca.